Un pequeño empresario cansado de la rutina del circo y el trabajo duro, quiso huir de las dificultades, decidió vender su circo.
Como sabía que entre sus compañeros había un buen poeta, le pidió el favor que le hiciera el aviso de venta .
El poeta accedió gustosamente.
El aviso decía:
"Vendo un pedacito de alegría con un corazón muy grande, adornado con bellas luces...y espléndidas guirnaldas; una Carpa muy hermosa cubierta con muchas estrellas , una pista de cristal tan pura ¡tan pura! que jamás hayan visto".
El poeta tuvo que marcharse para otro circo, pero con el tiempo decidió visitar al nuevos dueños, pensando que su jefe aquél hombre que le mandó hacer el aviso se había ido. Su sorpresa fue mayor al ver a su jefe trabajando en sus faenas.
El poeta preguntó: ¡Amigo! ¿No se iba del circo?
El dueño con una sonrisa le respondió:
- No mi querido amigo, después de leer el aviso que usted me hizo, comprendí que tenía el circo más bonito y maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor.
COMPAÑERO: No esperes a que venga un poeta para hacerte un aviso que diga lo maravillosa que es tu vida en el circo, tu hogar, tu pareja, tu familia y lo que con tanto trabajo hoy posees.
Demos gracias a Dios porque tenemos vida, salud y esperanza de poder seguir luchando para alcanzar nuestras metas.
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