martes, 10 de julio de 2018

La integridad




La integridad es una de las características de los hombres que verdaderamente agradan a Dios. 

David fue un hombre íntegro (1 Reyes 9:4), Job también lo fue (Job 2:3). Ahora bien, en la medida que tu tienes una relación fluida con Dios, así mismo tienes la capacidad de ser una persona íntegra; mucha gente acepta a Jesús como salvador, pero les cuesta mucho recibirlo como Señor. Como salvador recibes las bendiciones, la paz, la salud, la riqueza, la prosperidad, etc., y para eso si están disponibles; pero lo difícil, es cuando aceptas la relación con Dios con Jesús de Señor. Ya no es lo que a ti te parece, sino lo que al Señor le parece aunque no le agrade a la gente que te rodea y aunque no te agrade a ti mismo.


El recibir a Jesús como Señor, significa tener toda tu voluntad rendida a Dios; mientras sigas haciendo tu voluntad y no la voluntad de Dios, no vas a tener a Jesús como Señor. Tienes que morir al capricho, ya sea tuyo o el de la gente que te rodea, pero si lo dejas atrás, serás levantado por Dios.


Todos somos imperfectos, no hay solo uno que esté libre de pecado. Ahora bien, hay dos maneras de tomar el pecado:

 ocultarlo o apartarse de él.

Si ocultas el pecado no podrás prosperar (Proverbios 28:13); habrá escasez de paz, de recursos, habrá ruina y graves problemas personales. Problemas físicos, de enfermedad, quiebras empresariales. Cuando tomas la opción de ocultar el pecado te estás aniquilando a ti mismo.

La otra opción es apartarse del pecado
. Cuando confiesas tu pecado y te apartas, alcanzas misericordia; el Señor te restituye, te restaura.

¿Pero qué es ocultar? Una definición de ocultar es aparentar; es el que lleva una doble vida, es uno en la iglesia y otro en la calle; otra definición, es justificarse: la famosa frase “yo no soy el único, hay otros que también lo hacen”; otro termino es manipular: una persona con una vida oculta es alguien que manipula con sus caras, con sus razones, trae un pesar sobre su vida, empieza a dejarse manipular por el diablo; ocultar es también cuando persevera en el pecado. Lo hace una vez, luego lo vuelve a hacer, lo vuelve a hacer hasta que se convierte en una costumbre en su vida.

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