En enero de
1925, el Doctor Curtis Welch mandó un telegrama al Servicio de Salud Pública,
situado en Washington DC, solicitando asistencia urgente para controlar un
brote de difteria en Nome, un pueblo al noroeste de Alaska. Las antitoxinas
para frenar la infección se encontraban a más de 1.000 km de la aldea. Las
autoridades locales comprendieron que el único medio de transporte disponible
para conseguir el fármaco a tiempo era una posta de trineo tirado por perros.
Mushers como Leonhard Seppala y sus huskies afrontaron el reto más peligroso
para evitar la expansión de la enfermedad. Comenzaba la gran carrera de la
misericordia.
Leonhard
Seppala Conocido como el ‘rey del sendero’, fue un legendario musher (conductor
de trineos) y criador de perros de origen noruego que llegó a Alaska en plena
fiebre del oro.
Togo, el
siberiano que encabezaba la expedición Con 12 años, el perro más leal de
Seppala lideró el trineo en las etapas más duras. Togo era un cánido noruego
inusualmente pequeño para su raza, pero determinante en la montaña por su
destreza.
Un brote de
difteria en una población incomunicada
Los
contagios en Nome aumentaban y habían sufrido la pérdida de varios niños. El
transporte convencional estaba descartado. Sólo había tres aviones en toda
Alaska y eran de cabina abierta. Las aguas congeladas impedían el tráfico
marítimo.
El trayecto
de 1085 kilómetros de la antitoxina llevó cinco días y medio. Seppala y sus
perros cubrieron el tramo más largo y peligroso. Con sensaciones térmicas por
debajo de los -65 grados, Seppala tuvo que servirse de los instintos de Togo
cuando no podía ver por el viento, la espuma y la nieve profunda."El perro
que hizo la mayor parte del trabajo fue Togo. Su viaje, plagado de tormentas de
nieve, fue el más largo e incluyó una travesía a través del peligroso Norton
Sound, donde salvó a su equipo y piloto en una valiente carrera a través de los
témpanos de hielo", escribió el periodista Katy Steinmetz en Time. La
épica de la historia alcanzó una expectación extraordinaria por la amplia
difusión de los medios de comunicación. La radio permitió el seguimiento a
distancia del fenómeno.
Los récords
de la gran carrera del suero
En época
veraniega se hubieran empleado entre 25 y 30 días en recorrer en trineo la
distancia entre Nenama y Nome en un viaje de ida y vuelta. La carrera del suero
se completó en tan sólo 127 horas en pleno invierno.
Durante 3
días sin descanso el trineo de Seppala recorre 300 kilómetros. En la ruta los
perros atajan por Norton Sound atravesando 35 km de mar congelado...
El símbolo
de la carrera
A 30º bajo
cero, el musher noruego Gunnar Kaasen y sus 13 huskies, con Balto como líder
del grupo, atravesaron la calle principal de Nome para entregar el suero
antidiftérico al Doctor Welch. El final de la carrera se produjo el 2 de
febrero. Se salvaron cientos de vidas.